En algunos casos, las reticencias a la jubilación de la empresa familiar se deben al miedo a perder la posición económica. En Family Business Solutions, nos hemos encontrado con algunas familias en las que la generación saliente admite que no quiere jubilarse únicamente por el miedo a perder su poder económico. Esto, como hemos hablado en otros artículos sobre barreras a la jubilación, puede convertirse en un freno a la innovación y en un elemento desmotivador para la generación entrante.
Antes de seguir, recordad que cuando hablamos de jubilación de la empresa familiar nos referimos a jubilarse de la gestión del negocio, pero no del gobierno. La jubilación no tiene por qué implicar desligarse totalmente de la compañía. Precisamente, gracias a la experiencia adquirida a lo largo de los años, la generación saliente puede realizar aportaciones valiosísimas en el Consejo de Administración y desde el Consejo de Familia.
¿Por qué preocupa la jubilación de la empresa familiar?
El aspecto económico es una preocupación recurrente en las generaciones salientes y no solo se trata de prever el posible impacto fiscal de una sucesión o donación. Con la edad, la generación saliente también se suele preocupar cada vez más por cuestiones como la seguridad económica de sus cónyuges una vez ellos falten, el bienestar de los miembros de la familia más jóvenes o con necesidades especiales o su propia seguridad financiera una vez ya no estén vinculados profesionalmente con la empresa familiar.
La necesidad de seguir trabajando en la gestión del negocio para mantener un determinado nivel de vida y ciertos recursos económicos puede llegar a ser un fuerte freno a la jubilación de la empresa familiar. Si los padres o tíos no disponen de otras fuentes de ingresos que puedan sustentarlos, el miedo a perder su patrimonio les impedirá o les forzará a retardar en exceso su salida del día a día del negocio.
¿Qué podemos hacer desde la empresa y desde la familia?
Esta barrera a la jubilación se puede abordar de antemano en un Protocolo familiar. Con buena voluntad entre ambas generaciones, es posible prever distintas opciones y sortear este freno.
Padres e hijos deberán hablar sobre si tienen o no suficientes ahorros que les permitan un colchón suficiente para jubilarse, y mantener el nivel de vida que llevaban hasta ahora, y asegurar su seguridad e independencia económica. El objetivo es evitar que se sientan empobrecidos tras la jubilación de la empresa familiar. Ambas generaciones también deberán ser honestas en lo referente a las expectativas que tienen de percibir futuras remuneraciones o dividendos. Así pues, os recomendamos que cuando llegue el momento de planificar el relevo generacional, también analicéis formalmente esta cuestión, con sinceridad y empatía.
Para asegurar la viabilidad económica y un volumen de ingresos suficiente y generoso para las generaciones salientes, también se puede acordar algún mecanismo que, desde la propiedad, les dé tranquilidad en este sentido. En este punto, será importante realizar un estudio sobre la cotización al Régimen de la Seguridad Social que haya realizado cada miembro a lo largo de su vida laboral, por si es necesario hacer compensaciones.
Nuestro consejo como consultores de empresa familiar es que os dejéis asesorar por un experto en cuestiones fiscales. En la práctica puede existir más de una alternativa posible. Con el asesoramiento adecuado se podrán estudiar los pros y contras de cada opción y elegir la más conveniente. De esta manera, se garantizará la tranquilidad de ambas generaciones y se evitarán retrasos innecesarios a la jubilación de la empresa familiar.