Es algo común el pensar que las empresas familiares son conservadoras, pero ¿qué tiene esto de cierto? Precisamente el motivo de este artículo es este. Queremos reflexionar sobre si, conforme pasan los años, los miembros de la empresa familiar se vuelven más conservadores y pierden el espíritu emprendedor que tanto les caracterizó.
La edad y un ciclo de vida avanzado se suelen asociar con una mayor aversión al riesgo, un mayor conservadurismo y una menor inclinación hacia actitudes innovadoras. En todo el mundo, encontramos a familias empresarias longevas, con varias décadas a sus espaldas o, incluso, que son centenarias y llegan más allá de la 3ª generación. Y no es solo que la empresa se haga mayor, sino que, los propios familiares que la dirigen también y, con ello, pueden actuar como un freno a la innovación y al emprendimiento.
Otro argumento a favor de que las empresas familiares son conservadoras es la voluntad de supervivencia y de continuidad en el largo plazo. Así, se cree que los líderes de la empresa familiar evitarán tomar decisiones arriesgadas cuando se acerque su jubilación para asegurar que la futura generación pueda asumir las riendas del negocio algún día.
Pero, por supuesto, esto no es válido para todas las compañías. No todas las empresas familiares son conservadoras. Nos consta que muchas de ellas saben lo importante que es seguir reinventándose, aunque pasen los años y las generaciones. Y han demostrado con creces que ser fieles a la tradición familiar no tiene por qué significar quedarse anclados en el pasado.
Así pues, no podemos generalizar. Aunque se haya instaurado la creencia popular de que las empresas familiares son conservadoras, nosotros nos posicionamos en contra. No es necesariamente así, como podréis leer a continuación.
Las empresas familiares son conservadoras, pero…
A menudo, la visión a largo plazo de las empresas familiares las impulsa a alejarse del conservadurismo que sería propio de su edad. La familia espera que la trayectoria vital de la compañía sea mucho más larga. Por ello, la generación saliente no cree que con la jubilación se acerque el final de los días de la empresa familiar. Esto les hace permanecer abiertos a nuevas adquisiciones o a entrar en nuevos sectores, porque son capaces de ver el impacto en el largo plazo.
Por otro lado, también conocemos algunos líderes de empresas familiares que, incluso con más de 70 años, despuntan personalmente por su espíritu emprendedor. Para ellos, innovar, analizar, progresar, proponer nuevas ideas y reformular la estrategia del negocio forma parte de su forma de entender la vida y la empresa. Forma parte de ellos mismos y es una de las razones que explica el éxito de la compañía.
En nuestra opinión, un mínimo de espíritu emprendedor y de afán de innovación siempre será necesario, incluso si las empresas familiares son conservadoras. Mediante la planificación del relevo generacional, podemos evitar quedarnos estancados en el conservadurismo, si se da el caso de que la generación saliente se va volviendo más conservadora a medida que pasan los años. El relevo permitirá que la nueva generación innove y emprenda, a la vez que irá aprendiendo paulatinamente de la generación mayor.
Y, sobre todo, si detectamos que faltan las competencias de emprendimiento e innovación dentro de la familia, tendremos que establecer los medios y procedimientos de Recursos Humanos necesarios. Así, por lo menos, lo garantizaremos en las personas que no son miembros de la familia, para compensar este déficit.