Sí, es posible dividir una empresa familiar en dos y, de hecho, nosotros hemos ayudado a alguna familia a hacerlo. Se trata de escindir el patrimonio de la empresa familiar originaria en dos o más sociedades independientes. En este artículo os hablaremos de esta operación, conocida como escisión (opuesta al proceso de fusión).
Razones para dividir una empresa familiar
Empecemos por el por qué. ¿Qué puede llevar a dividir una empresa familiar? Puede suceder y sucede, que se haga así para simplificar la sucesión. Así, se deciden asignar negocios distintos a cada uno de los herederos o de las ramas familiares para prevenir conflictos y evitar caer en la trampa del 50%.
Pero también es consecuencia de conflictos familiares, para solventar problemas actuales entre los socios. Con la voluntad de salvaguardar la armonía familiar, la familia divide el negocio por actividades o por mercados cuando hay diferencias irreconciliables, incompatibilidades de caracteres, rivalidades, una evidente falta de visión compartida… En estas situaciones, continuar el camino juntos podría resultar inviable y perjudicar la armonía familiar. Por esta razón, separarse empresarialmente es lo mejor para preservar las relaciones familiares. Sin embargo, en algunos casos, si se hace demasiado tarde, las tensiones pueden venir de tan lejos y los conflictos estar tan enquistados que será muy difícil sanar las heridas abiertas.
Por último, en ocasiones también se revisa la estructura empresarial para separar explotaciones económicas diferenciadas y enajenar alguna de ellas o por motivos fiscales, organizativos o legales.
El proceso de dividir una empresa familiar
El proceso de dividir una empresa familiar o de escindir alguna de sus explotaciones puede ser bastante complejo. No siempre será fácil alcanzar un acuerdo sobre la necesidad de tomar la decisión, sobre la valoración de las acciones, etc. Además, esta operación también puede tener un impacto emocional y un impacto fiscal, así como implicaciones en el resto del patrimonio compartido.
Nuestra recomendación es que reguléis este aspecto en el capítulo de la propiedad del Protocolo familiar y que acordéis las posibles fórmulas de valoración de la empresa familiar. Esto es especialmente importante cuando, durante el proceso de Protocolo familiar, ya se entrevé que continuar juntos puede ser una alternativa poco probable.
Así, si en el futuro los hermanos o primos deciden tomar caminos separados, se podrá hacer de una forma mucho más pacífica, ordenada y justa. El Protocolo familiar garantizará que la operación se realiza de forma consensuada y bajo unas normas de actuación acordadas previamente. El objetivo es que el resultado sea satisfactorio para todas las partes y no dañar la armonía familiar.
Por último, no olvidemos que al dividir una empresa familiar, uno de los mayores peligros es dejarnos llevar por las emociones y que los sentimientos nos nublen el juicio y la buena fe. Al final, es un tema delicado y complejo, que no está exento de tensiones familiares . Por ello, dejaros aconsejar por vuestros asesores de confianza antes de tomar ninguna decisión.