Me consta que para muchas familias tener que cerrar la empresa familiar, o desvincularse de ella, es uno de sus mayores temores. Que los caminos de la familia y de la empresa se separen, ya sea por obligación o por voluntad propia, suele ser algo difícil de asumir por la gran carga emocional que implica ver cómo se termina una etapa tan importante para la historia de la familia empresaria.
Está claro que no se trata de una decisión fácil de tomar o de asumir. Son muchas las cuestiones que deberá tener en cuenta la familia para valorar si todavía es posible continuar con el negocio, si lo mejor es vender o ceder la compañía o si no queda más remedio que cerrar la empresa familiar. En este punto, donde se mezclan con tanta intensidad los negocios y los sentimientos, es importante buscar apoyo externo para evitar que las emociones os nublen la razón.
Vender la empresa familiar y otras alternativas
La familia suele decidir vender el negocio cuando no hay relevo generacional, por falta de voluntad o de competencias, o cuando la propiedad no ve clara la continuidad de la empresa como familiar o su modelo de negocio.
Los escenarios que os expondré a continuación consiguen dar continuidad al proyecto de la familia y evitan cerrar la empresa familiar. Esto conlleva un menor impacto emocional para la familia a la vez que le permite desvincularse de la empresa.
- Vender la empresa familiar y que esta tenga continuidad como empresa patrimonial.
- Que la familia empresaria se retire del gobierno y ceda la gestión del negocio a profesionales independientes.
- Dividir la compañía por unidades productivas o por áreas y repartirlas. Esta opción, aunque no siempre implica una venta, es recomendable en familias con conflictos irreconciliables entre las distintas ramas, pero que no quieren desvincularse del negocio. Con ello se evita cerrar la empresa familiar y es posible dar continuar a la actividad empresarial, aunque cada uno por su lado.
Otras dos alternativas, de no continuidad, son intentar vender el negocio familiar a un tercero o cederlo a los trabajadores, cuando esto sea posible.
Cerrar la empresa familiar
Sin embargo, a veces no queda otra alternativa que optar por la opción más drástica: cerrar la empresa familiar y no continuar con el proyecto que generaciones atrás fundó nuestra familia.
Estos suele darse cuando, incluso sin tensiones familiares, hay malos resultados económicos o no somos competitivos, no encontramos a personas interesadas en continuar con la compañía (miembros de la familia o compradores) o por motivos del ciclo de vida del negocio (que el negocio no se haya adaptado a los cambios o que no haya continuidad en el sector, por ejemplo).
En estos casos, probablemente será inevitable liquidar y cerrar la empresa familiar. Aunque a priori pueda ser una decepción para la familia, hay que entender que en ocasiones esta es la mejor solución para evitar que las relaciones familiares se vean (todavía más) deterioradas a causa de una empresa que posiblemente no funcionaba de manera óptima y que generaba tensiones y conflictos en la familia.
Mi recomendación es que, en caso de tener que cerrar la empresa familiar, o también en el de querer venderla o cederla, lo hagáis bien y de forma planificada. De esta manera, cerraréis un ciclo de forma positiva y, a pesar de la sensación de pérdida por haberos desvinculado de la empresa familiar, tendréis la tranquilidad de haber luchado unidos hasta el final y de haber hecho las cosas bien.
3 respuestas a “Cuando los caminos de la familia y la empresa se separan”
Aunque no se vaya a cerrar (ya sea voluntaria o involuntariamente), esta contingencia hay que tenerla estudiada, para no tener presión por urgencia en el caso de que el suceso ocurra..además, tener este estudio puede ayudar a tomar decisiones y relajar situaciones , tanto en la familia como en la empresa..puede ayudar a avanzar
Ciertamente Alfonso, es importante tenerlo analizado de manera preventiva para que, si se acaba dando la situación, podamos proteger a la empresa y a la familia. Le agradezco su aportación. Un abrazo
[…] que un bloqueo en la toma de decisiones puede ser causa de disolución y de liquidación del negocio, a causa de la paralización de los órganos sociales, de modo que resulte imposible su […]