Me doy cuenta que cada vez es más habitual que convivan al mismo tiempo tres generaciones en la empresa familiar. Dado que hoy es el Día Internacional de la Familia, me decidido a escribir sobre este hecho, que hace una década costaba más de ver, pero que hoy en día empieza a ser bastante frecuente. De hecho, debido al alargamiento de la esperanza de vida y al retraso de la edad de jubilación, pienso que cada vez será algo con lo que nos encontraremos más a menudo.
Se trata de un tema importante, puesto que el hecho de que convivan tres generaciones en la empresa familiar conlleva dificultades, como la gestión de equipos multigeneracionales o la planificación de la jubilación de la generación saliente. Y tampoco podemos pasar por alto los fuertes contrastes que separan a abuelos, padres e hijos, con una marcada brecha generacional entre generaciones.
¿Qué implica juntar a tres generaciones en la empresa familiar?
Basándome en las familias empresarias con las que he trabajado en Family Business Solutions, creo que la gran dificultad de gestionar equipos multigeneracionales radica en conseguir alinear a tres generaciones familiares muy diferentes. Se trata de personas con edades muy dispares y que provienen de ramas familiares distintas. Por ende, sus valores y forma de pensar y de ver la vida, así como sus inquietudes, prioridades y aspiraciones serán muy diferentes.
Además, la convivencia de tres generaciones en la empresa familiar puede provocar que se retrase indefinidamente el momento de la sucesión. Como hemos hablado en otros artículos, retrasar sine die la jubilación de la generación saliente puede poner en riesgo la continuidad de la empresa familiar por desmotivación de la generación entrante.
Un ejemplo: en alguna ocasión nos hemos encontrado con empresas familiares que no han sabido o que no han querido consensuar y planificar el relevo generacional y que se han acabado convirtiendo en un ‘polvorín’. En estas compañías, la primera generación sigue mandando con más de 90 años. La segunda, ya en edad de jubilación, ha mandado poco o nunca. Y, la tercera, alrededor de los 30 años y muy formada, tiene muchas ganas de mandar.
¿Qué nos aporta trabajar con tres generaciones en la empresa familiar?
Pero no todo son dificultades y riesgos. A pesar de lo dicho anteriormente, creo que la diversidad generacional también entraña buenas oportunidades para las compañías. Precisamente cuando las empresas familiares son capaces de conjugar la experiencia de los profesionales de más edad con las competencias digitales y la sólida formación de los profesionales más jóvenes, es cuando más consiguen mejorar en ámbitos como la innovación, la creatividad, la productividad y la transformación digital.
Por último, quiero acabar este articulo del Día Internacional de la Familia con una noticia que me genera mucha alegría: La familia de Family Business Solutions sigue creciendo. Este mes de mayo hemos incorporado a nuestro equipo de Barcelona a Michael y Reyes, dos grandes profesionales, ambos expertos en empresas familiares. Estoy seguro de que podrán seros de gran ayuda a las familias empresarias con las que trabajamos.