Durante mucho tiempo se ha valorado y potenciado especialmente la educación y formación en la empresa familiar de las personas de la familia (accionistas y futuros accionistas) que estaban directamente implicadas en la gestión del negocio. Pero el día a día en nuestro trabajo con familias empresarias nos demuestra que esto no es suficiente.
La formación en la empresa familiar debe hacerse extensiva. La razón es que, sino, personas con muy poca formación y conocimiento del negocio familiar, o que han recibido un paquete accionarial por herencia y que no han vivido la empresa familiar, acaban tomando decisiones muy importantes, sin tener la adecuada capacitación para ello.
Educarse de manera continuada es uno de los fundamentos de la propiedad responsable. La formación continuada se obtiene, por una parte, de la empresa, al recibir información sobre el negocio que sea entendible por todos los familiares (tanto los que trabajan en la empresa como los familiares que no están en la gestión del negocio). Y, por otra parte, a nivel personal o también facilitada por la empresa, para poder interpretar los estados contables de la compañía, los planes estratégicos y las implicaciones que las inversiones tienen en la empresa familiar y en el patrimonio.
¿Por qué es importante extender la formación en la empresa familiar?
Con este artículo lo que queremos decir es que, en paralelo a formar a los familiares que en el futuro llevarán las riendas del negocio familiar, nos hemos de preocupar para que todas las personas que acabarán siendo clave en la toma de decisiones de la compañía como accionistas de la misma, tengan unos mínimos de conocimientos de economía, finanzas y de la empresa y el sector. Esto nos garantizará que esta toma de decisiones es “responsable”.
También, y en base al espíritu de la propiedad responsable, todo accionista importante de una empresa familiar debería preguntarse si tiene la formación y conocimientos adecuados para tomar determinadas decisiones. Y, si no es el caso, tal vez lo mejor es delegar tales decisiones en otras personas más capacitadas. Hacer esto es un gran acto de responsabilidad y generosidad con uno mismo y con la familia.
Más adelante, en otro artículo, trataremos otro punto importante en relación a la formación en la empresa familiar. En él analizaremos si la formación de las nuevas generaciones debe hacerse de forma temprana y cuáles son aquellas habilidades que desde pequeñitos es bueno desarrollar.