“¿Qué necesitamos: un abogado, un coach o un consultor de empresas familiares?”
Si estás leyendo esta entrada, es probable que, como otras familias empresarias, estés buscando ayuda y/o apoyo para la empresa familiar, pero que no estés seguro de a quién deberías contactar para que os aconseje. Esto es algo natural, puesto que en internet se anuncian bastantes profesionales que se dedican al mundo de la empresa familiar (asesores, consejeros independientes, mediadores o terapeutas de familia, además de los ya mencionados abogados, coachs y consultores de empresas familiares).
Como todos estos profesionales, desde su campo de conocimiento y especialidad, se dedican a ayudar a familias empresarias, soy consciente de que puede resultar algo confuso esclarecer quién puede ayudaros mejor. Pero debo deciros que no hay una respuesta genérica a esta pregunta y, a menudo, dependerá de cada caso. Sin embargo, desde mi experiencia como consultor de empresas familiares, voy a defender el por qué creo que la consultoría es la disciplina que mejor puede acompañar, orientar y aconsejar a las familias empresarias en su camino hacia la continuidad.
¿Cómo puede ayudarnos un consultor de empresas familiares?
El consultor de empresas familiares es un profesional cualificado que está especializado, bien evidentemente, en familias empresarias y negocios familiares. En general, acompaña a las familias desde el diagnóstico inicial y hasta que las acciones diseñadas y planificadas están ya en marcha, aunque, en ocasiones, también puede intervenir solo como apoyo puntual para actuaciones concretas.
Se trata de profesionales que cuentan con la formación, experiencia y aptitudes necesarias para abordar y resolver, de manera independiente y velando por el bien de la empresa y de la familia, los siguientes asuntos:
- Aconsejar en temas de consultoría estratégica en el ámbito del negocio y de la estrategia empresarial.
- Planificar y llevar a cabo con éxito el relevo generacional. Esto puede llevarse a cabo mediante un Protocolo familiar, unos Pactos de familia o unos Pactos sucesorios, según la necesidad y voluntad de la familia.
- Ayudar a clarificar la relación familia-empresa-propiedad y a gestionar las dificultades que puedan surgir.
- Cuando sea necesario, formar a los familiares en temas de su especialidad o ayudarles a planificar sus necesidades formativas.
- Asesorar en aspectos legales y fiscales.
- Diseñar y poner en marcha los órganos de gobierno que necesite la familia y la empresa.
- Detectar y abordar posibles problemas de comunicación.
- En ocasiones, mediar para la resolución de conflictos.
¿Y un abogado especializado en empresa familiar? ¿Y un coach?
A mi parecer, un consultor de empresas familiares es quién puede ofrecer un acompañamiento más global a la familia, tal y como habéis visto en el apartado anterior.
Ahora bien, no quiero desmerecer otras profesiones tan importantes y necesarias como la de abogado o la de coach, puesto que estoy convencido de que es necesario contar con ellos para determinadas actuaciones. Por ejemplo, para una reestructuración patrimonial compleja o durante un proceso judicial (los abogados) o para el desarrollo y entrenamiento de las capacidades personales y profesionales como el liderazgo o la comunicación (los coachs), por poner dos ejemplos concretos. Y, de hecho, en Family Business Solutions contamos también con consultores que provienen del mundo de la abogacía y del coaching para tratar determinados temas.
Por último, no quiero acabar este artículo sin reconocer que, como ya os había avanzado al inicio de este artículo, yo estoy hablándoos desde mi punto de vista de consultor. Es probable que un experto de alguna otra área os recomiende contar con la ayuda de otro profesional, y esto es algo completamente válido.
No dudéis en compartir vuestra opinión en los comentarios y en consultarme cualquier duda que tengáis sobre el papel del consultor de empresas familiares y os responderé lo antes posible.